Antonio Higuero
Antonio Higuero - Lance de capote
Antonio Higuero - Lance de capote
Óleo sobre lienzo
Medidas: 130x 100 cm
Enmarcado: Soporte de madera de 1 cm.
Antonio Higuero Domínguez, nació un 6 de diciembre de 1942 en la calle Empedrada nº 20, en Jerez de la Frontera, y donde actualmente se enclava la peña La Bulería de la que es socio, en una familia humilde donde su madre, Paca, se preocupó que fuera al colegio y aprendiera un oficio.
Estudió en el colegio Mundo Nuevo, Sagrado Corazón de Jesús hasta los 11 años para
continuar luego en la Porvera en la Escuela de Arte.
Empezó a dar sus primeros trazos de dibujante en Litografía Hurtado para continuar años
más tarde en Proyectos gráficos Mamelón.
En 1973 decide dar un paso más y se fue con su familia a Madrid a trabajar en Cartonajes, en Alcalá de Henares como diseñador aunque no se adaptaron a la gran ciudad y en unos pocos meses se volvieron a vivir a Jerez.
Continuó trabajando como dibujante pero esta vez por cuenta ajena a empresas como por ejemplo Grafibérica. Pero fue en 1986 cuando se planteó dedicarse de lleno a la pintura como pintor artístico, su gran pasión y en cuya decisión le animó siempre su esposa Mariquita.
Recibió numerosos encargos como retratos personales, paisajes,.... y en 1991 decide hacer
su primera exposición. Fue en el Casino Jerezano, en la calle Larga, la cual tuvo un gran
éxito a nivel personal y donde se consolidó como uno de los mejores pintores de Jerez.
Inmerso ya en el mundo de los pinceles, en 1993 expone en la Sala Paco Daza una
colección Cinegética. No queremos pasar por alto sus exposiciones también en IFECA durante las ferias de Jerez animado por Tatus.
Y para terminar, qué mejor manera de describir la personalidad de Antonio Higuero en sus pinturas que como escribió Manuel Ríos Ruiz en el catálogo de una de las exposiciones que hizo Tatus de varios pintores y que dice:
¿Dónde situaríamos la realidad que emplea con sus colores Higuero? El realismo de
Higuero es para verlo a cierta distancia, con el fin de que la línea, el dibujo en una palabra,
pierda intensidad y nos permita que nuestra vista atesore mejor la mancha que emerge con fuerza, como queriendo estar delante de sí mismo.
Y es que el dibujo aprisiona los retratos y figuras de higuero las excelencias propias de una buena pintura, pero cada artista tiene sus apoyaturas para desde ellas emprender la
ansiada evolución.